martes, 13 de abril de 2010

Como abeja por tus sueños




Ante lo vulgar de la distancia
que llena de piedras y agujeros el sol,
arrastra los sueños bajo las hiedras del mar
y torna crueles las lluvias
cada atardecer.
Ante la vulgar manera de decir
estéril primavera, todo se mustia
bajo los pies como sombras retraídas
en la boca, sin ti.
Así, mientras la noche gira y hace nido en las farolas
de indecible música,
por la cavidad del cielo he subido a tus párpados
al dar las doce
en el gesto de tus labios.
Y es que el miedo a perderte entre las sombras de la noche
me mira y me pregunta
por qué no charlamos en los espacios blancos del sueño
y te peino los cabellos,
por qué sueñas sola en la orilla
y no haciéndome río de tu río. Por qué no estoy ahí
y se acomodan mis entrañas
entre tus pechos desnudos.
Por qué yo tan solo y tú tan lejos.