martes, 13 de febrero de 2018

Para Asterio


En el último pétalo de la margarita,
esa que ilusamente deshojamos,
te encontré paciente y despistado.

Sentí que tu mirada seguía mis pasos
tu aliento daba sentido a mi respiración
y tu voz era un susurro emocionado.

Me detuve por casualidad, tal vez cansada
y decidí prestarte una atención acompasada.

Me fascinaron tus manos
y de ellas espere tiernas caricias,
tus ojos como tímida luciérnaga
alumbraron la tiniebla que me habita.

Tu alegre caminar
 elevo mis vacios a la nube más alta,
me colgaste del halo de tu risa
y acunaste mi niebla con tu dulce sonrisa.

Tu infinita sencillez
te da un brillo estelar
eres… el que siempre espere.

Te miro y admiro
soy ahora una espectadora
de tu quehacer diario,
 contenta y serena veo pasar las horas.

Y doy gracias y canto
pues me siento agraciada
de tenerte en mi vida
de compartir tu estancia.


Rocío (2009)

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