A cualquier hora por la mañana
Arrojadas las palabras se
entrecruzan
por las ramas verdes del aire
hasta la presencia largo tiempo
contenidas
que el instante inmortaliza
en tu cintura.
Quizá la luna abandonó su órbita.
Pensamientos de verdes sueños
se hospedan al sentir de la alegría
que saborea a sorbos el mágico
suceso del amor
a la sazón de la insistente risa de
dios.
Me acordé de tus ojos y de la luna
llena que la contenían.
Estallido verde de violines,
iris de bailes hacia el cristal que
mira
desde mi espadaña norte de ojos
claros
una bandada de lirios por la sien
de las estrellas.
Y un puente levadizo comiéndose la
noche.
Así, donde la luz empieza
y el silencio abre la ventana de
tus pestañas,
una mañana de labios
asciende a la brisa para besarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario